Hablar de herencias no es un tema fácil, y menos cuando se trata de cuestiones tan delicadas como el testamento. Para muchas personas, el solo hecho de mencionar el testamento o la distribución de los bienes puede generar incomodidad o conflictos familiares. Sin embargo, es fundamental abordar este tema de manera abierta y sin miedo, ya que planificar el futuro de manera anticipada puede evitar problemas graves entre los herederos.
La importancia de hablar de testamentos con tiempo
El testamento no es solo un documento legal, es una forma de organizar la distribución de los bienes de una persona tras su fallecimiento. A pesar de la importancia de este documento, muchas personas retrasan la creación de su testamento debido a la dificultad de tratar el tema con la familia. El miedo a generar disputas entre los herederos es uno de los principales motivos por los que las personas suelen evitar este tipo de conversaciones. En España, el Código Civil establece la normativa que regula la sucesión de los bienes de una persona tras su fallecimiento. En particular, el artículo 657 del Código Civil establece que «por sucesión, una persona puede transmitir sus bienes a otras personas, ya sea en vida o mediante testamento». La clave aquí es que el testamento permite a la persona decidir cómo se distribuyen sus bienes, y esta es una facultad que debe ejercerse con conciencia y transparencia.
Al no abordar el tema con tiempo, se corre el riesgo de que los herederos se enfrenten por la distribución de los bienes, especialmente si no queda claro quién se queda con qué. El testamento sirve precisamente para evitar esos conflictos, pero solo si se realiza con la debida anticipación.
Cómo iniciar la conversación sobre los testamentos
Una de las principales barreras a la hora de hablar de herencias con nuestros seres queridos es la falta de apertura en la comunicación. La clave está en elegir el momento adecuado y tener una conversación sincera pero respetuosa. Para muchas personas, la muerte es un tema tabú, y hablar de ello puede resultar incómodo, especialmente cuando se habla de quién se queda con qué tras el fallecimiento de un ser querido.
Es importante ser empático y recordar que este tipo de conversaciones son, en muchos casos, una muestra de amor y preocupación por el bienestar de los familiares. No se trata de «preparar» a las personas para la muerte, sino de asegurar que sus deseos se respeten y que no queden dudas sobre cómo deben gestionarse sus bienes.
Uno de los aspectos más complicados en este tipo de conversaciones es la posible desigualdad entre los herederos. Si una persona desea dejar diferentes porcentajes de bienes a cada uno de sus hijos o familiares, es importante explicar las razones detrás de estas decisiones. No es lo mismo dejar todo a un único heredero por razones personales que por razones económicas o familiares. Explicar estas razones, aunque sea de manera general, puede evitar malentendidos.
La ley española y la distribución de bienes
En cuanto al marco legal que regula la distribución de bienes en una herencia en España, el Código Civil español establece una serie de normas que deben ser respetadas. Según el artículo 806 del Código Civil, «la herencia se abrirá por el fallecimiento de una persona, y la persona que la recibe tendrá derecho a una parte de los bienes de esa persona, que será repartida entre los herederos de acuerdo con la ley».
Este artículo es clave para entender que la ley establece una serie de normas que determinan quién tiene derecho a heredar. En particular, la ley prevé la figura de los «herederos forzosos», que son aquellos que, por ley, deben recibir una parte de la herencia. En concreto, los hijos, padres y el cónyuge sobreviviente tienen derecho a una parte de la herencia, incluso si el testador no lo desea explícitamente. Esto significa que, aunque una persona redacte un testamento, no podrá desheredar a sus hijos o a su cónyuge salvo en los casos previstos por la ley.
La importancia de la claridad y la honestidad
Al hablar con los herederos sobre la herencia, la claridad es clave. No es recomendable dejar nada al azar ni dejar de mencionar ciertos bienes por miedo a crear conflictos. Asegúrate de que todo quede claro y detallado en el testamento, especificando qué se desea hacer con cada bien y, si es necesario, explicando las razones detrás de las decisiones.
En muchas ocasiones, los herederos pueden sentirse sorprendidos por la decisión de un familiar de dejarles ciertos bienes, especialmente si existe alguna disparidad entre los distintos herederos. En estos casos, es útil hacer un esfuerzo por explicar cómo se ha llegado a esa decisión, siempre desde el respeto y la empatía.
Por ejemplo, si una persona decide dejarle una propiedad a uno de sus hijos en lugar de repartirla equitativamente entre todos, es importante que esa decisión se comunique de manera clara, mencionando los motivos detrás de ella. Esto evitará que los herederos se sientan despojados o injustamente tratados.
Prevenir conflictos: la necesidad de un testamento
Es importante recordar que, en muchos casos, la falta de testamento puede ser mucho más perjudicial que la realización de uno. Si no se deja un testamento claro, la ley española determinará la distribución de los bienes, y esto puede no coincidir con las expectativas de los herederos. Esto puede generar tensiones familiares innecesarias, que podrían haberse evitado si se hubiera realizado un testamento con tiempo.
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