En un mundo globalizado, cada vez es más común que las personas tengan bienes en varios países o residan fuera de su país de origen. En el caso de España, gestionar las herencias internacionales puede resultar complejo, ya que entran en juego tanto la legislación española como la del país extranjero.

La normativa principal que regula este tipo de situaciones en España es el Reglamento Europeo 650/2012, aplicable a los fallecimientos ocurridos desde el 17 de agosto de 2015. Este reglamento establece que, salvo disposición en contrario, será aplicable la legislación del país donde el fallecido tuviera su residencia habitual al momento del fallecimiento. Sin embargo, el testador puede elegir que su herencia se rija por la ley de su nacionalidad.

Pasos clave para gestionar las herencias internacionales

  1. Identificar la jurisdicción aplicable. Verificar si se aplica la legislación española u otra extranjera.
  2. Obtener el certificado sucesorio europeo. Este documento, expedido por las autoridades competentes, facilita la gestión de herencias transnacionales en la UE.
  3. Contratar a expertos legales. Dado que cada país tiene procedimientos diferentes, contar con un abogado especializado en herencias internacionales es imprescindible.

En España, el Código Civil regula las cuestiones generales de herencias (art. 609 y ss.), pero los aspectos internacionales requieren atención adicional. Resolver estas situaciones con diligencia evita conflictos y asegura que la voluntad del fallecido se cumpla.